Obras De Poetas Ecuatorianos


Obras De Poetas 
Ecuatorianos



      Nombre: Melanie Camacho
    Curso: Segundo ´´Ciencias´´
    Materia: Lengua Y Literatura 
    Año: 2023- 2024


José de la Cuadra

n

José de la Cuadra y Vargas nació el 3 de septiembre de 1903 en Guayaquil, Ecuador. Era hijo de Vicente de la Cuadra y Bayas y Ana Victoria Vargas y Jiménez Arias, hija del coronel José María Vargas Plaza. Paralelamente, por recomendación de su abuelo, Cuadra estudió contabilidad en la escuela del profesor Marco A.

La primera incursión literaria registrada de Cuadra es un cuento titulado "Los frutos de la locura", publicado en el primer número de la revista Fiat Lux en 1918. Más tarde ese mismo año, otro de sus textos, titulado “Cosas de la vida”, apareció en el primer número de Melpómene, revista científica y literaria editada por el propio Cuadra cuando tenía 15 años, junto con Jorge Japhel Matamoros.

En 1921 Cuadra se recibió de bachiller. En este momento el ambiente social del país se hallaba en un punto sensible que tiempo después detonó en la Revolución del 15 de noviembre de 1922. Durante este tiempo, Cuadra comenzó a estudiar derecho en la Universidad de Guayaquil. En 1927, José de la Cuadra obtuvo el grado de Licenciado en Derecho pero, gracias a la presentación de su tesis, que versaba sobre el matrimonio y el derecho civil, se tituló como Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

El 24 de marzo de 1928, José de la Cuadra se casó con Inés Núñez del Arco, con quien tuvo cinco hijos, de los que sobrevivieron tres. Se asegura que José de la Cuadra era un padre dedicado y cariñoso con su familia. Aunque mujeriego y galante, tenía una buena relación con su esposa Inés, que no era una mujer celosa e, incluso, lo ayudaba con las notas de ideas para sus cuentos.

José de la Cuadra murió en Guayaquil el 27 de febrero de 1941 a la temprana edad de 37 años.

    Obras:

  •  “Sangre de Incas”, revista Juventud estudiosa, marzo-abril 1919.

  • “Decepción”, revista Juventud estudiosa, junio 1919.
  • “A la pálida”, revista Juventud estudiosa, diciembre 1919-febrero 1920.
  • “Símbolo”, revista Ciencias y letras, junio 1922.
  • “Novia muerta”, revista Ciencias y letras, agosto 1922.
  •  “Desde el remanso”, revista Cosmos.
  • “Ruta”, revista Bohemia, julio 1924.
  • “Por ti”, revista Savia, 1926.
  • “Retrato antiguo”, en Cinco como un puño: poesía del “Grupo de Guayaquil”, 1991.

    Poesía: 
b
Karina Gálvez
n

Karina Gálvez nació el 7 de julio de 1964 a las 7:16 a.m. en Guayaquil, por lo que solía decir: "Nací el séptimo día del séptimo mes a las 7:16 a.m. del año 1964 y." Si le sumas alguno de estos números juntos y convertirlos a un solo dígito, el resultado siempre es "siete". Fue la cuarta y última hija de Papa Secundino Gálvez Mora y Rosa de Gálvez (quien estaba registrada con el nombre de "Rosa Elvira Contreras Zapata" y cuya vida inspiró la novela que Karina Gálvez escribió sobre su madre).

José Aurelio de Aspiazu y Carbo, junto con su hermana María Teresa de Aspiazu y Carbo, herederos ecuatorianos de productores de cacao que habían vivido en Francia hasta mediados de los años 1930, criaron a la madre de Karina Gálvez como a una hija desde los 11 años. Karina vivía con sus padres y sus tres hermanos -Elizabeth "Bibi", José y Jimmy- en el Malecón, número 806 entre Junín y Roca, sobre el río Guayas, acompañada de su abuelo José Aurelio de Aspiazu y Carbón. El abuelo Aspiazu murió en 1971; y en 1979 se vende “Casa Antigua”, como llamaban a la casa del Malecón, y la familia Gálvez comienza a vivir en la esquina de Junín y Ximena, también en el centro de Guayaquil.

Desde los 14 años fue profesora de inglés en la Academia Benedict de Idiomas, donde estudió desde los nueve. A principios de 1980 había aprendido francés, alemán e italiano y había incursionado en el portugués.

Vivió en el edificio de la calle Junín hasta 1985, año en que contrajo matrimonio con el arquitecto y pintor ecuatoriano Fernando Cobos, y se establecieron en el condado de Orange, California, en donde nacieron sus tres hijos: Gabrielle ("Gabby'), Bernardo y Marcel Cobos.
    Obras: 
  • Poesía y cantares (libro bilingüe español/inglés)
  • Poema para mi madre. Premio Casa de la Cultura de Long Beach, 1996.
  • Ese, su Guayaquil viejo (1995)
  • Cómo me gustaría
  • Mis montañas, las de California
  • La Batalla del Pichincha
  • Independencia de Guayaquil
  • Ave, Mi Guadalupana
  • Amor a la ecuatoriana
  • Me Dueles, Venezuela
  • Poesía en el Pent-house (libro en español)
  • Me Vestiré de Rosa para tu Funeral. Mención de Honor en Festival Poético de Curtea de Arges, Rumania, 2015.
  • Epicentro (libro bilingüe español/búlgaro)

    Poesía: 
n
José Joaquín de Olmedo
n

(José Joaquín Olmedo y Maruri; Guayaquil, Ecuador, 1780 - 1847) Político y poeta ecuatoriano. José Joaquín Olmedo, hijo de padre español y madre guayaquileña, estudió en el Colegio San Fernando de Quito y en la Universidad de San Marcos de Lima, donde coronó su carrera como abogado; Siempre destacó entre sus compañeros por su versatilidad.

Ante la persecución desatada contra los diputados, Olmedo se vio obligado a esconderse en Madrid.

Cuando Guayaquil declaró su independencia, José Joaquín Olmedo fue nombrado miembro del Consejo de Gobierno, redactó una constitución para Guayaquil, reorganizó el ejército y colaboró ​​con Antonio José de Sucre en el Triunfo de Pichincha. Sin embargo, cuando Bolívar llegó a Guayaquil después de esta batalla y anexó esa ciudad a Colombia, Olmedo protestó y viajó con otros guayaquileños a Perú, donde fue elegido diputado del Departamento de Puno y participó en la redacción de la primera constitución de ese país.

En 1823, al ver en peligro la libertad del Perú, pidió ayuda a Simón Bolívar; Tras su triunfo en la Batalla de Junín, Olmedo escribió el famoso Canto a Bolívar en su honor.

Si bien apoyó a Juan José Flores en el proceso de separación de Ecuador de la Gran Colombia, se opuso a él cuando ésta quiso abusar de su poder y participó en la revolución antifloreana del 6 de marzo de 1845, tras la cual fue nombrado Presidente de la Triunvirato. junto a Vicente Ramón Roca y Diego Noboa.
    Obras: 
  • En 1808 se inspiró y compuso el prólogo a la tragedia El Duque de Viseo de Quintana y su silva titulada El Árbol, que terminó en 1809 y contiene dos partes, una filosófica y de gran sentido estético y otra menos cuidada con la que cierra el poema, pareciendo como si hubiera unido dos versos distintos.

  • En 1840 escribió En la muerte de mi hermana. En 1843 editó Ocios poéticos del General Flores y una oda en su obsequio en 52 págs.

  • En 1837 escribió la Canción del 10 de agosto, que como ha demostrado el padre Espinosa Pólit, sirvió de antecedente al actual himno nacional.

  • En 1825 compuso una Marcha, el poema La Libertad.

  • En 1823 editó en Lima su traducción del inglés del Ensayo sobre el hombre de Alexander Pope, en 45 páginas.

  • En 1821 escribió su hermosa Canción del 9 de octubre considerada el primer himno que ha tenido el territorio ecuatoriano.

  • A principios de 1817 viajó a Lima y escribió A un amigo, don Gaspar Rico....

  • En enero de 1811 aún estaba en México y leyó su poema Improntu.

    Poesía: 

A UNA AMIGA

Arroyo cristalino,
que con susurro blando
vas del monte a la selva
y de la selva al prado;

travieso cefirillo,
que con tu aliento grato
mueves hojas y flores
que son gala del campo;

parleras avecillas,
que en trinos regalados,
cuando el sol nace o muere,
llenáis el aire vago;

y cuando vive y crece
en este suelo bajo,
y cuanto se remonta
hasta el cielo estrellado;

todo cuanto florece
en los valles y prados,
y aun las bestias feroces
que son del monte espanto;

todos conmigo unidos
en coros acordados,
celebremos el día
de la que hace mi encanto.

Medardo Ángel Silva
n
n
(Guayaquil, 1899-1919) Poeta ecuatoriano. De formación realmente autodidacta y origen humilde, ejerció como maestro de escuela; quizá su condición de mulato influyó en el pesimismo que llenó su vida, en una sociedad todavía lejana del sentimiento humano de la comprensión y la convivencia. No se ha podido concretar si lo impulsó al suicidio un desengaño amoroso o si murió a manos de un rival por celos.

La obra de Silva se contiene en dos volúmenes: El árbol del bien y del mal, que él mismo editó en 1917, y Poesías escogidas, una selección que Gonzalo Zaldumbide publicó en 1926 en París. Fue también autor de prosas poéticas y de una pequeña novela titulada María Jesús. Medardo Ángel Silva fue el menor y acaso el más importante poeta de la generación del novecientos que introdujo el modernismo en la literatura ecuatoriana.

Poeta del dolor, del "spleen", del amor imposible, del hastío de vivir, dejó algunas de las más bellas páginas de la literatura ecuatoriana. Estuvo, como sus compañeros de generación (Arturo BorjaHumberto FierroErnesto Noboa y Caamaño) bajo la influencia directa de los simbolistas franceses, especialmente de Verlaine y Baudelaire. Padeció el "mal del tedio", y toda su obra, de gran pureza formal, es un canto de amor a la muerte.

escribió algunas de las secciones de El árbol del bien y del mal, como "Libro de Amor", "Las Voces Inefables", "Estancias" y "Estampas Románticas". 

Obras: 

  • El alma en los labios.
  • Llamé a tu corazón.
  • Las alas rotas.
  • Se va con algo mío la tarde que se aleja. 

Poesía: 
Para mi amada

Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro de tu pecho amante contemples extinguida,
ya que sólo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes me arrancaré la vida.

Porque mi pensamiento, lleno de este cariño
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme soñando en tu acento de arrullo.

Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca.

Vivo de tu palabra, y eternamente espero
llamarte mía, como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.

Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡Dejar mi palpitante corazón que te adora!

Arturo Borja
n

(Arturo Borja Pérez; Quito, 1892-1912) Poeta ecuatoriano perteneciente a la «Generación decapitada», así llamada porque todos sus miembros, procedentes de la aristocracia criolla, se suicidaron a temprana edad.
Allí aprovechó para asistir a cursos de literatura, leer y entrar en contacto con poetas simbolistas como Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud, aunque su escritor favorito fue Verlaine.

De regreso a Quito, Arturo Borja se consolidó como un líder entre todos los jóvenes de la capital ecuatoriana interesados ​​en la literatura.

Sus expresiones literarias siempre contienen un dejo de tristeza. Ninguno de sus amigos tomó en serio su amenaza de que si la herencia de su padre se quedaba sin dinero, se suicidaría; Sin embargo, a los pocos días de terminar su luna de miel con su esposa Carmen Roza Sánchez, con quien se casó el 15 de octubre de 1912, falleció por sobredosis de morfina.

Arturo Borja es recordado en Ecuador como el primer poeta que alzó la bandera de una nueva forma de hacer poesía a principios del siglo XX.
    Obras: 
  • Melancolía, madre mía.

  • Madre locura.

  • Mi juventud se torna grave.
  • Vas lacrimae.
  • Bajo la tarde.
    Poesía:  
Alfredo Gangotena
j
n

Quiteño nacido en 1904 y fallecido en 1933, Gangotena fue hijo de una familia adinerada con la que se trasladó en su adolescencia a Francia. Esto le permitió codearse con ilustrados de Paris y escritores latinoamericanos residentes allí como Vicente Huibodro o su compatriota Jorge Carrera Andrade.

Su obra está vinculada al vanguardismo, siendo esta muy experimental e innovadora. Sus temas a tratar solían ser la familia o la muerte, siendo una poesía más bien tétrica y difícil de entender si no se entiende su contexto personal.

Habría que reseñarse también su dominio del francés, el cual influyó mucho en la manera de expresarse, obviando totalmente los americanismos o demás estilos nativos de Ecuador.

      Obras: 

  • El ladrón
  • A Jules Supervielle
  • Los amotinados
  • El hombre de trujillo
  • El agua
  •     Poesía:   

    LOS AMOTINADOS

    ¡Ah, risa loca!
    ¿Henos aquí tus compañeros
    Ilustres en la ciudad de los políperos?
    ¡Dispara y modela la línea de nuestra muerte!
    Anda, corre y toma entre los astros tu noble impulso.
    ¡La tierra para nosotros! ¡Y en nuestra angustia
    Más bien el cieno de los cerdos
    Que el hueso que flota
    Como leño podrido del alud!
    Escucha cómo, avarienta, la oreja ronca,
    Encenegada, después de los calados.
    Pero cuídate, sostén de nuestro amor:
    Los perros que te rodean
    Sabremos allanar los caos y los letargos.
    ¡Ya la uña se aguza en el viento de altamar!

    El cinto y el carbúnculo en la muchedumbre,
    ¡El anillo constrictor para extenuarte!
    Basta de palabras de embrujo
    Y del filtro que extraemos de nosotros mismos.
    ¡Ah! ¡Qué bien se vacía el odre de la sierpe
    En el artificio de tus canciones!

    Violeta Luna

    Violeta Luna, hija mayor de siete hermanos, vivió sus primeros años en Guayaquil. A su corta edad de 2 años, fue llevada a la ciudad de San Gabriel, donde su padre comenzó a trabajar en el Colegio Nacional Mixto José Julián Andrade.

    Realizó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad de San Gabriel, provincia del Carchi. Ingresó a la Universidad Central del Ecuador, en Quito, donde obtuvo el título de Licenciada en Castellano y Literatura y, un Doctorado en Ciencias de la Educación. Ejerció la cátedra de Lengua y Literatura, durante veinte y cinco años, en varios colegios y universidades del país.

    Desde 1990 a 2001 residió en Estados Unidos y México. En junio del 2003 representó al Ecuador en el XIII Festival Internacional de Poesía de Medellín​ y en la I Cumbre Mundial de la Poesía por la Paz de Colombia. Ha sido miembro de importantes organizaciones e instituciones, como el Círculo de Prensa del Ecuador, la Sociedad de Escritores Ecuatorianos y la Asociación de Artistas e Intelectuales del País.

    Actualmente, es miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y del Grupo Cultural América, entre otros. Ha ejercido el periodismo y colaborado con diarios, revistas y radiodifusión en el área de la crónica y el guion cultural.

        Obras: 

  • Poesía universitaria (Quito, 1964)
  • El ventanal del agua (Quito, 1965)
  • Y con el sol me cubro (Quito, 1967)
  • Posiblemente el aire (Quito, 1970)
  • Ayer me llamaba primavera (Quito, 1973)
  • La sortija de la lluvia (Guayaquil, 1980)
  • Corazón acróbata (Quito, 1983)
  • Memoria del humo (Quito, 1987)
  • Por culpa de los números
  • Las puertas de la hierba (Quito, 1994)
  • Una sola vez la vida (Quito, 2000)
  • La oculta candela (Quito, 2005)
  • Poesía Junta (Quito, 2005)
  •     Poesía:   

    LA HIERBA

    Cuántas cosas que pude haberlas dicho
    y no las dije.
    Cuántas horas que pude disfrutarlas
    y no fueron.
    Cuántas letras que se quedaron sueltas
    sin remedio.
    Cuánta vida que pudo ser raíz
    y es hoy astilla.

    Por conservar las normas de algún juego,
    por no poder salirme de las reglas
    no pude ser gaviota
    ni marinera espuma.
    Y apenas me quedé como la hierba:
    tenaz y humedecida.

    Autor del poema: Violeta Luna

    Humberto Fierro


    (Quito, 1890 - 1929) Poeta ecuatoriano perteneciente a la llamada «Generación decapitada», compuesta por poetas de la aristocracia criolla. Hijo de una familia acomodada, adquirió esmerada educación, y en las propiedades de sus padres dedicó buena parte de su tiempo a la lectura de sus autores preferidos.

    De una sensibilidad exasperada, introvertido, sencillo y modesto, se desempeñó toda su vida como amanuense en una oficina del Ministerio Público, sin preocuparse por mejorar su situación económica. Centró toda su dedicación en la poesía, la música y la pintura, y sobresalió principalmente en el primero de estos campos.

    Junto con Arturo BorjaErnesto Noboa Caamaño Medardo Ángel Silva, Humberto Fierro conforma el grupo de modernistas conocido como la «Generación decapitada» a causa del temprano fallecimiento de sus miembros. Siguiendo los pasos del nicaragüense Rubén Darío, los modernistas ecuatorianos rompen con las formas tradicionales de la poesía, renuncian a la rigidez del verso medido y dan preferencia al ritmo interior; pero, sobre todo, reivindican el ensueño, la fabulación y el entusiasmo como pilares de la creación literaria.

    El laúd del valle (1919), que fue publicado en vida del autor, y Velada palatina, editado en 1949, son los títulos que firmó Humberto Fierro, cuyo propósito fue elaborar un sistema estético culto alejado de los referentes nacionales, del prosaísmo de un país sumido en la pobreza y la corrupción política. Como la de Borja y Noboa, la poética de Fierro es la del desencuentro de clase, la de la escisión entre su ensoñación aristocrática y su ciudadanía mestiza.

        Obras: 

    • A clori.
    • La tristeza del angelus.
    • La tarde muerta.
    • Retorno.
    • El fauno
    • Sueño de arte.

        Poesía:  

    RETORNO

    Llegó de lejano país
    El compañero,
    Que vimos partir del país
    Un mes de Enero.

    Conversa afectuoso y está
    Encanecido,
    Al lado del piano, que está
    Dado al olvido.

    ¿Por qué su sonrisa infeliz
    Al sol que muere?
    Nos calla que ha sido infeliz,
    ¿Ya no nos quiere...?

    El viento deshoja el jardín
    Hoy mustio y viejo,
    Y él ve amarillear el jardín
    En el espejo.

    Autor del poema: Humberto Fierro

    Ernesto Noboa y Caamaño
    H
    Ernesto Noboa y Caamaño nació en Guayaquil, al igual que su socio Medardo Ángel Silva. Provenía de una familia noble y adinerada, cuyos antepasados ​​fueron considerados los presidentes José María Plácido Caamaño, así como Diego Noboa. Noboa aprendió el estilo de escribir y de vivir que venía del París de los poetas malditos.

    El viaje le brindó la oportunidad de captar imágenes extranjeras que inspiraron su poesía. Las impresiones de viajes lejanos, que siguió recopilando después de regresar al pueblo, aumentaron su ansiedad, pesimismo, rechazo de voluntad y esfuerzo y adicción a las drogas. Pero, por otra parte, estaba poseído por una debilidad invencible ante los acontecimientos de la vida: “Mi voluntad se refrena del más mínimo esfuerzo, y libremente le permite abrirse paso a través de la vieja herida, el corazón, sin trastornar mi alma. como un vago aroma, la esencia de la vida”. En medio de su abandono, le gustaba leer de manera más radical a sus autores favoritos: “¡Gaeme, Samain, Jules Laforgue, Edgar Allan Poe y, sobre todo, mi Verlaine!”

    Leyó a los franceses Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez. Y así adquirió las virtudes que le permitieron crear una poesía de gracia y delicadeza nunca antes alcanzada en el país. Rasgos estilísticos, pasión por lo francés y lo exótico, un estado sentimental, una inclinación excepcional por la renovación: todo está naturalmente relacionado con lo más característico del movimiento modernista hispanoamericano.

    De nuevo realizó un viaje a Europa para visitar España y Francia. Durante el resto de su vida sufrió de neurosis constante y se volvió adicto a drogas alucinógenas, lo que afectó su rutina y vida diaria.
        
        Obras: 

        Poesía:  

    LA DIVINA COMEDIA

    ¡Deja sobre tu seno que ruede mi cabeza
    como una flor pesada de pena y de pasión:
    que amor burla con gracia sutil toda certeza
    y la cabeza siente, pues piensa el corazón!

    De este divino engaño cuando la farsa empieza,
    truecan sabios sus alas Sentimiento y Razón:
    ¡y el pensamiento es todo ternura y ligereza
    porque el sentir es todo cordura y reflexión!

    A tiempo se repite la fama de esta ambigua
    y dolorosa farsa, ¡tan nueva y tan antigua!
    y es siempre igual el fondo y análoga la acción.

    Empecemos de nuevo la divina comedia,
    hoy que la duda, Amada, mi corazón asedia,
    que esta vez... ¡quizá olvide que él lleva la razón!

     Jorge Carrera Andrade
    J

    (Quito, 1903-1978) Poeta ecuatoriano cuya obra se considera la superación del modernismo y la iniciación de las vanguardias en su país. Cosmopolita en su formación y en sus planteamientos estéticos, trascendió ampliamente las fronteras locales y ejerció la traducción, el ensayo y la diplomacia con el mismo ahínco con el que cultivó la poesía.

    Estudió en la Facultad de Jurisprudencia de Quito, en la de Filosofía y Letras de Barcelona (España) y en la de Aix (Francia). Político y diplomático, fue secretario general del partido socialista ecuatoriano (1927-1928), secretario del Senado y del Congreso, cónsul de su país en Paita (Perú), El Havre (Francia), Yokohama (Japón) y San Francisco (Estados Unidos); secretario de Embajada en Venezuela, ministro plenipotenciario en Gran Bretaña y delegado en la U.N.E.S.C.O.

    Jorge Carrera Andrade perteneció a una generación que rompió con la estética modernista de Rubén Darío, representada en el país por poetas como Arturo BorjaHumberto FierroErnesto Noboa Caamaño o Medardo Ángel Silva. Alrededor de la década de 1920 se produjo en la poesía ecuatoriana una apertura cosmopolita, palpable en los contactos internacionales más amplios que hicieron que la producción poética fuera contemporánea de los grandes movimientos artísticos de América Latina; además, maduró un fuerte movimiento poético que colocó la lírica ecuatoriana en la tradición de la modernidad y sus rupturas, con una fuerte presencia de formas poéticas vanguardistas.

    Todo esto se hallaba enfrentado con la poesía de la norma anterior, que no había incorporado al quehacer artístico los avatares de una época que presentaba, social y culturalmente, circunstancias inéditas: en el Ecuador de la tres primeras décadas del siglo XX se concretizaban los resultados democratizadores de la Revolución Liberal; la intelectualidad se acercaba a formas críticas de interpretación y de participación en la vida social, actitud que tuvo una de sus expresiones ideológicas en el socialismo; los obreros y los campesinos, que empezaban a luchar desde las organizaciones sindicales, encontraron su "bautizo de sangre" en las calles de Guayaquil, donde se produjo la matanza obrera del 15 de noviembre de 1922, dramático acontecimiento que también ha sido interpretado como el verdadero inicio del siglo XX en el Ecuador.

    La calidad de su prosa podemos estimarla en Latitudes (1934) y en algunos apuntes sobre la poesía ecuatoriana y sobre las cosas de Estados Unidos, cuya estructura y mecanismo también se reflejan en poemas como el Canto al puente de Oakland. Culminó su carrera diplomática como ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador. De entre sus obras más tardías cabe citar El volcán y el colibrí (1970), y la publicación de su Obra poética completa (1976).

      Obras: 

    • Colibrí
    • El objeto y su sombra
    • Mundo 1980
    • Golondrina
    • La garza
    • Tortuga

        Poesía:  

    EL OBJETO Y SU SOMBRA

    Arquitectura fiel del mundo,
    realidad, más cabal que el sueño.
    La abstracción muere en un segundo:
    sólo basta un fruncir del ceño.

    Las cosas. O sea la vida.
    Todo el universo es presencia.
    La sombra al objeto adherida
    ¿acaso transforma su esencia?

    Limpiad el mundo -ésta es la clave-
    de fantasmas del pensamiento.
    Que el ojo apareje su nave
    para un nuevo descubrimiento.

    Autor del poema: Jorge Carrera Andrade

    Comentarios